Turismo sostenible: otra forma de viajar

El respeto al medio natural

Nadie que haya pasado alguna por vez los grandes centros turísticos del Mediterráneo habrá podido evitar preguntarse cómo serían esos lugares antes de la llegada de los primeros turistas. Y es que, para bien o para mal, el turismo ha cambiado muchos de los sitios que ha tocado, eliminando para siempre su esencia original. Eso es precisamente lo que trata de evitar el Ecoturismo o Turismo sostenible.

Hace apenas una década, un pequeño valle del Pirineo sorprendió a todo el mundo al rechazar una jugosa oferta para que en sus tierras se levantase una estación de esquí. Estaba previsto que el complejo fuera acompañado de los consabidos hoteles y establecimientos de ocio, con lo que, en general, se consideraba que se trataba de una gran inversión para el valle y así se había hecho saber a todos sus habitantes. Por eso, la sorpresa de los inversores fue mayúscula al recibir la negativa por parte de los dos pequeños municipios del valle que debían aprobar el proyecto. Todo se debió, al parecer, a la extraordinaria lucidez de un alcalde; “podemos votar que no –dijo– y que nuestros hijos sean propietarios de nuestras tierras y tengan que cuidar de su propio ganado; o podemos votar que sí y que nuestros hijos sean camareros”.

A día de hoy este pequeño valle de la Jacetania no sólo vive de sus tierras y su ganado, sino también de un turismo responsable y de calidad que acude atraído, precisamente, por el hecho de ser aquel uno de los valles de toda la cordillera que mejor han sabido conservar su esencia.

La anécdota sirve para ilustrar perfectamente el cambio que en los últimos años se ha operado, no sólo en la mente del turista, sino también en la de quien aspira a ofrecer servicios turísticos. Un cambio que ha dado lugar al llamado turismo sostenible.

Turismo sostenible

Aunque la definición de Turismo sostenible o Ecoturismo ha ido creciendo y reformulándose una y otra vez desde que fuera enunciada por primera vez en 1987, básicamente podríamos decir que es aquel que respeta el medio natural, social y cultural de la comunidad en la que se desarrolla. Se trata, por tanto, de explotar el potencial turístico sin alterarlo; de aprovechar el patrimonio, siempre con el límite de que dicho patrimonio no varíe, para que las generaciones futuras lo hereden tal cual es.

Pero hay más. Una definición amplia de turismo sostenible incluye, además, el requisito de que se establezca una relación económica justa y equitativa, tanto entre turista y anfitrión, como dentro de la propia comunidad. Con ello se trata de evitar el llamado colonialismo turístico por un lado, y la aparición de diferencias sociales por el otro.

Los beneficios

A pesar de que una actividad turística que por definición excluye a los grandes inversores y a las masas de turistas parece tenerlo todo en contra para prosperar, lo cierto es que ha dado grandes beneficios en aquellos lugares en los que se ha planificado e implantado con éxito.

Los turistas que se decantan por esta opción suelen tener la garantía de un turismo de calidad en el que no hay masificaciones, la experiencia es auténtica y los productos son originales, en lugar de remedios de “baratillo” elaborados a toda prisa para satisfacer la demanda.

Por otro lado, las comunidades anfitrionas suelen ver cómo mejoran las infraestructuras sin que su entorno pierda su esencia, ganan en calidad de vida y, en muchos casos, evitan la despoblación.

Consejos para planificar un viaje sostenible

Más allá de que los destinos que visitemos como turistas respeten los principios de sostenibilidad de los que hemos hablado, lo cierto es que cada uno, como turista, puede comprometerse en mayor o menor medida con esos principios.

Si estás planificando tus vacaciones y estas cosas te importan, he aquí unos consejos que te resultarán útiles:

o   Escoge operadores que respeten el medio ambiente, así como los derechos humanos  y los derechos laborales de sus trabajadores. Esto puede sonar exagerado si pensamos en un fin de semana rural, pero es de la máxima importancia cuando planificamos viajes a África, Sudamérica o Asia, por ejemplo.

o   Una vez en destino, consume en establecimientos locales y huye de las grandes cadenas. Tendrás una experiencia más auténtica y dejarás riqueza en la comunidad.

o   Si vas a comprar artesanía, trata de hacerte con artículos auténticos, no con productos elaborados en otros lugares. Suelen ser más baratos, sí, pero son de mentira.

o   No compres nunca cosas que deben permanecer donde están, como flora y fauna protegidas o patrimonio etnológico. Eso no son recuerdos, es expolio.

o   Utiliza los recursos naturales, como el agua o la energía, con moderación. En algunos lugares son realmente escasos.

o   No dejes ningún tipo de residuo a tu paso. Deja cada sitio como te hubiera gustado encontrarlo.

o   Lee sobre el país que vas a visitar. Infórmate un poco sobre su historia y sus costumbres y tendrás un viaje mucho más enriquecedor.

Tags: