Energía minieólica para autoconsumo

Aprovechar el viento en casa

Ahora que la preocupación por obtener energía limpia y barata ha crecido, bien sea debido a una nueva conciencia ecológica, bien sea debido al precio de la energía, todos miramos al sol con la esperanza de estar produciendo en pocos años nuestra propia electricidad. Y sin embargo, existe otro recurso que a menudo pasa inadvertido cuando pensamos en autoconsumo: el viento. Y es que la energía eólica para autoconsumo, más conocida como minieólica, no es nada nuevo. Pero su potencial no ha dejado de crecer desde que se recuperó la idea, allá por los años 70.

¿Qué es la energía minieólica?

Se considera energía minieólica aquella que se aprovecha de los recursos eólicos mediante generadores de potencia inferior a 100 kW y cuyas palas no cubran una superficie mayor de 200m2. Es una forma de autoconsumo eléctrico, porque la energía obtenida con estos pequeños aerogeneradores suele emplearse, no de manera comercial, sino para cubrir necesidades domésticas, aunque también para alimentar sistemas de radio, de vigilancia en carreteras o contraincendios, para iluminación de vías urbanas...

Llama la atención que en un país como España, que cuenta con regímenes de vientos regulares, la energía minieólica sea un recurso tan poco aprovechado. Tal vez a raíz del boom que está viviendo la fotovoltaica este sector pueda levantar también el vuelo. Y es que, más que apostar por una u otra forma de autoconsumo, lo ideal sería contar con ambas, que son perfectamente complementarias.

Las ventajas de la energía minieólica son innegables. Se trata de un recurso renovable, sin emisiones, aprovechable tanto de día como de noche en cualquier época del año, de bajo impacto visual, silencioso y que genera energía próxima al punto de consumo, con lo que se evitan las pérdidas en el transporte. Además su instalación es relativamente sencilla y requiere poco mantenimiento. 

Instalación mixta solar y minieólica para autoconsumo

Un poco de historia sobre la energía minieólica

La energía minieólica no es nada nuevo. La humanidad ha estado aprovechando la fuerza del viento desde hace siglos para moler grano, bombear agua, etc. De modo que cuando apareció la electricidad no tardó en aparecer la idea de conectar un molino a un generador.

Antiguo molino minieólico

En los años 30, en Estados Unidos, era habitual que los ranchos aislados del ventoso medio oeste contasen con un molino (muy característico, por cierto) para cubrir las entonces pequeñísimas necesidades domésticas de electricidad. El invento cayó rápidamente en el olvido debido a la rápida expansión de las redes de distribución.

No fue sino hasta la Crisis del Petróleo, en los años setenta, cuando la gente volvió a fijarse en la posibilidad de emplear el viento para generar electricidad. Desde entonces la tecnología ha ido mejorando poco a poco, lo que ha dado lugar a la aparición de aerogeneradores cada vez más eficientes, más resistentes y más silenciosos.

¿Cómo es un aerogenerador minieólico?

Existen dos tipos de generadores: los de eje horizontal y los de eje vertical. Los aerogeneradores de eje horizontal son los más comunes. Consisten en una hélice de dos o más palas que deben estar orientadas en la dirección del viento. En los parques eólicos industriales esa orientación se consigue de manera mecánica, pero en los mini generadores la hélice se orienta sola gracias a una sencilla veleta. Aunque son el tipo de generador más eficiente, no toleran bien los vientos racheados o cambiantes.

Los aerogeneradores de eje vertical son mucho menos frecuentes, pero tienen mucha proyección debido a sus ventajas. Su forma helicoidal les permite funcionar sin importar de qué dirección venga el viento; generan menos vibraciones, por lo que someten a menos estrés al poste; y son más silenciosos que los de eje horizontal. La gran pega es que no son tan eficientes como aquellos y que, sin embargo, son más caros.

Aerogenerador horizontal (izda) y vertical (dcha).

¿Quién puede beneficiarse de una instalación minieólica?

Independientemente del tipo de aerogenerador que escojamos, una instalación minieólica necesita vientos regulares de 4 o 5 m/s como mínimo para ser viable. Por eso todo proyecto comienza con un estudio sobre la frecuencia, la dirección y la fuerza de los vientos en la zona.

Ese estudio, además, determinará dónde y a qué altura debe ser colocado el molino para conseguir la máxima producción. En esto, claro está, influyen mucho los obstáculos que pueda haber alrededor de la vivienda (casas, árboles, elevaciones del terreno).

Por lo demás, los trámites para legalizar una instalación minieólica son los mismos que para regularizar una fotovoltaica.

¿Qué potencia se puede generar? Instalación mixta solar eólica: minieólica + fotovoltaica

Las potencias más habituales para uso doméstico van desde los 4 kW hasta los 10 kW. Pero es posible autogenerar potencias mayores para edificios o empresas con mayor demanda energética.

Como hemos dicho al principio, lo realmente interesante de la energía minieólica es lo bien que se complementa con la fotovoltáica. Una instalación mixta solar eólica logrará un suministro mucho más regular, capaz de producir siempre que haya algo de viento o algo de luz. Algo que nos acerca un poco más a la soñada autonomía energética, 100% gratis, 100% limpia.

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