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Placas fotovoltaicas VS paneles solares térmicos
Placas fotovoltaicas VS paneles solares térmicos

Placas fotovoltaicas VS paneles solares térmicos

¿Qué sabes de la energía solar?

Autor: Redacción Re_Magazine - Tiempo de lectura: 4 min.

La energía solar ha dado mucho que hablar en los últimos tiempos. Generalmente, lo primero que sale a relucir cuando se aborda este tema es el famoso "impuesto al sol", a lo cual sigue un debate en torno a si sale a cuenta o no tener placas solares y a las ventajas y desventajas de invertir nuestro dinero en una instalación solar. A la postre, todo lo que tenga que ver con el aprovechamiento del sol suele acabar metido en el mismo saco, sin matizaciones. Sin embargo, en el caso de un mercado con tanto futuro como el de la energía solar, las matizaciones son importantes.

Para empezar, mucha gente ignora que hay varias maneras distintas de aprovechar la energía solar. Poco tiene que ver una placa fotovoltaica con una placa solar térmica. Ambas aprovechan la energía solar, desde luego, pero lo hacen de formas diferentes y con resultados y objetivos muy distintos.

Las placas fotovoltaicas están formadas por un conjunto de células que se valen del efecto fotoeléctrico para producir electricidad a partir de la luz que incide sobre ellas. Su rendimiento ronda el 22% y su colocación y explotación están sujetos al famoso e infame "impuesto al sol".

La energía fotovoltaica es un campo en constante cambio del que se espera mucho en el futuro, pero el rendimiento actual de esta tecnología y las trabas absurdas que se han puesto a su utilización hacen que, hoy por hoy, lleve bastante tiempo rentabilizar las inversiones.

Las placas solares térmicas, en cambio, se valen de la energía radiada por el sol para obtener energía térmica, es decir, calor (que no en electricidad). En el caso de los paneles de uso doméstico, llamados captadores de baja temperatura, este calor puede emplearse para producir agua caliente sanitaria, para apoyar una instalación de calefacción o también, por ejemplo, para climatizar una piscina. Su efectividad ronda el 80% y, lejos de estar sujetos al impuesto el sol, su colocación es de obligado cumplimiento en viviendas de obra nueva. Debido a su elevado rendimiento y a la ausencia de trabas burocráticas, la instalación de paneles solares térmicos se rentabiliza relativamente rápido (entre 5 y 10 años dependiendo de la magnitud de la instalación). A partir de ahí, toda la energía que obtengamos del sol (y hablamos de mucha energía), ¡será 100% gratis!

placa solar térmica Helioblock Sanuier Duval
Placa solar térmica Helioblock de Saunier Duval

¿Cómo funciona una instalación solar térmica?

Dejando a un lado purgadores, válvulas y otros elementos menores del circuito hidráulico que no merece la pena enumerar aquí, una instalación solar térmica se compone básicamente de tres grandes elementos:

Placas solares

Son las encargadas de captar la radiación solar y convertirla en calor. Igual que las placas fotovoltaicas, pueden ir colocadas sobre una terraza o un tejado, pero también directamente sobre unos soportes colocados en el jardín. Eso sí, deben estar orientadas lo mejor posible hacia el sol.

Bomba de circulación

Es la encargada de mover el caudal de agua por el circuito, es decir, la que impulsa el fluido que transporta el calor y que será transferido al agua mediante un intercambiador de placas o un serpentín. Se trata de un elemento importante, aunque de reducidas dimensiones.

Acumuladores e interacumuladores

Como el agua caliente que conseguimos no se utiliza, al menos en su totalidad, de manera inmediata, es necesario acumularla. Los acumuladores e interacumuladores no son más que grandes depósitos muy bien aislados para prevenir las pérdidas de calor, de manera que el agua se mantenga a la temperatura óptima hasta que la necesitemos.

La única diferencia entre ambos elementos consiste en que, en los interacumuladores, la transferencia de temperatura entre el fluido caloportador proveniente del panel y el agua almacenada se produce en el interior del depósito mediante un serpentín; mientras que, con los acumuladores, ese intercambio se produce en un dispositivo externo conocido como intercambiador de calor. En este caso, el intercambiador de calor sería el cuarto gran elemento de la instalación.

El espacio, una de las grandes cuestiones cuando nos planteamos hacer una nueva instalación en nuestro hogar, no supone en este caso ningún problema, pues dependiendo del tipo de instalación que escojamos, habrá más o menos elementos fuera de la vivienda.

placa solar en tejado
Instalación de placa solar en el tejado

¿Qué usos podemos darle a un panel solar térmico?

El uso principal de una instalación de placas solares térmicas es de la obtención de agua caliente sanitaria. El hogar español medio dedica en torno al 20% de su gasto energético a la obtención de ACS y la instalación de paneles solares térmicos puede suponer un ahorro de en torno al 80% en dicha partida.

Otro uso interesante, aunque algo más limitado es el de apoyo a la calefacción. En este caso, la energía solar térmica puede alcanzar ahorros del 40% para instalaciones de suelo radiante o de un 15% en calefacción convencional (radiadores). Hay que entender que, generalmente, se obtiene más energía solar en los días en los que menos necesaria es la calefacción. De ahí que los paneles térmicos sólo puedan ser considerados un apoyo a la calefacción.

Ahora bien, el hecho lógico de que un panel solar térmico funcione mejor en días soleados no quiere decir que haya que desperdiciar esos excedente de energía. En viviendas unifamiliares con piscina, por ejemplo, los paneles solares térmicos, que trabajan a pleno rendimiento durante el verano, pueden utilizarse para climatizar una piscina. Basta con conectar la impulsión de la depuradora al circuito.

En definitiva, en contra de lo que a menudo se afirma, la energía solar térmica, (que poco tiene que ver con la energía fotovoltaica), no es una energía futurista ni a la que le quede mucho para desarrollarse completamente. Ya está muy avanzada y tiene acreditadas enormes tasas de rendimiento. El único camino que le queda por andar, si acaso, es el que nos lleve a comprender que no hay una única forma de aprovechar la energía gratuita del sol y que, en cuestiones de energía solar, los detalles son importantes.