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Cuatro mitos sobre las energías renovables
Cuatro mitos sobre las energías renovables

Cuatro mitos sobre las energías renovables

La energía solar y la eólica, víctimas de las 'Fake News'

Autor: Redacción Re_Magazine - Tiempo de lectura: 4 min.

Las energías renovables, particularmente la energía solar y la energía eólica, son objeto de mitos recurrentes que tratan de hacernos ver que nada de lo que dicen sus defensores es cierto. Se asegura que su implantación es inviable, que son demasiado caras, que son más perjudiciales que las energías tradicionales... ¿Hay algo de cierto en ello?

Hay quien asegura que hemos pasado de vivir en la era de la información a vivir en la era de la desinformación, en una época donde el bulo campa a sus anchas. Y si hay un tema susceptible de caer en las redes de las fake news, es todo aquel que esté relacionado con la sostenibilidad, la ecología, el medio ambiente y, sobre todo, las energías renovables.

Tal vez sea porque están destinadas a cambiar el paradigma energético y, por lo tanto, la economía mundial, pero el caso es que el repertorio de falsedades que han surgido en torno a las renovables es espectacular. Estas son algunas de las más repetidas.

Resultan más costosas que las tradicionales

No sólo es falso que las energías renovables sean más caras que las convencionales, sino que su desarrollo e implantación ofrece un potencial de ahorro en costes enorme en un país como el nuestro, que es importador de energía.

En un informe de 2011 la ONG WWF señalaba que, antes de que terminase la década el desarrollo de las renovables habría alcanzado un desarrollo tal que permitiría reducir la importación de crudo en 25,5 millones de toneladas equivalentes de petróleo anuales; es decir, un ahorro de nada más y nada menos que 13.351 millones de euros al año.

Las energías renovables podrían ahorrarnos 13.352 millones de euros al año en importación de petróleo y gas.

barco gasero

Lamentablemente, la política energética desarrollada en los últimos años no ha facilitado, precisamente, que la predicción se cumpla, pero las ventajas potenciales siguen estando ahí. Además, la evolución de los costes de las renovables tiende a la baja, mientras que las de las energías convencionales tienden al alza. De hecho, desde que WWF emitió su informe, los costes de las energías solar y eólica han caído espectacularmente.

Todo esto, claro, por no hablar del enorme ahorro en costes medioambientales que las energías renovables están aportando ya, lo cual nos lleva al siguiente mito.

El impacto medioambiental es igual o más que las tradicionales

Este es sin duda uno de los argumentos más peregrinos que se han utilizado en contra de las energías renovables, por cuanto que trata de tumbar la que es, precisamente, la mayor de sus ventajas.

Tanto la energía solar como la eólica han demostrado no tener impacto alguno, ni sobre la salud, ni sobre el entorno. No generan vertidos ni residuos, ni emiten contaminación a la atmósfera. Así pues ¿qué argumentos se esgrimen para alegar que son igualmente dañinas?

La alternativa a los pocos perjuicios de las renovables es una industria que contamina el suelo, el agua y la atmósfera.

pajaros y aerogeneradores

De la eólica se ha dicho, por ejemplo, que los aerogeneradores matan a muchos pájaros cada año. Esto es cierto, y es sin duda lamentable. Lo que no se comenta es que las torres que construimos cada vez en mayor medida en las ciudades, o el tráfico, sin ir más lejos matan a muchísimos más pájaros cada año sin que por ello hayamos cambiado un ápice nuestras costumbres ni hayamos buscado solución para el problema. En el caso de los parques eólicos, en cambio, se están buscando soluciones y nuevos diseños. Además, hoy en día cada proyecto va precedido de un estudio de las corrientes migratorias y de las poblaciones locales a fin de minimizar las muertes de aves. Y no perdamos de vista que la alternativa es una industria que contamina el suelo, el agua y la atmósfera.

Sin subvenciones no son viables

Todas las tecnologías de interés nacional (comunicaciones, transportes, energía...) han utilizado subvenciones para su implantación, también la industria de las renovables. Ahora bien, si entramos en cifras, ¿resulta el caso de las renovables particularmente escandaloso?

La energía nuclear ha recibido 40 veces más ayudas que todas las renovables juntas. 

central nuclear

El año pasado, en España, la energía nuclear fue la primera fuente de producción de electricidad, con un 21,2% de la producción total. La segunda fue la eólica, con un 18,3%. Como se ve, la diferencia no es mucha en cuanto a producción. Sin embargo, si nos vamos a las subvenciones, nos encontramos con que la energía nuclear necesitó en su día ayudas hasta 40 veces superiores a las que recibieron las renovables en sus inicios. Ojo, no sólo la eólica, sino todas las renovables juntas.

Siempre necesitarán el apoyo de las energías convencionales

Se ha afirmado en más de una ocasión que las energías renovables, con excepción de la hidráulica y de la biomasa, no pueden utilizarse a voluntad, a cualquier hora del día o en cualquier época del año. Así pues, en el mejor de los casos solo servirían como complemento y siempre será necesario contar con energías no renovables en los picos de demanda.

Si bien es cierto que no podemos pretender deshacernos de las energías tradicionales de un día para otro, eso no quiere decir que no podamos encontrar soluciones que nos permitan, en un futuro, funcionar solo con renovables. Algunas de esas soluciones pasarán por innovaciones tecnológicas, pero muchas otras consistirán en ideas, en nuevas formas de utilizar la energía. De momento ya hemos encontrado algunas.

Ya existen sistemas que permiten explotar las energías solar y eólica en momentos en que no se produce.

planta solar

Por ejemplo, la electricidad generada por parques eólicos puede ser almacenada si se utiliza para bombear agua hacia presas reversibles. De esta forma, cuando esa energía sea necesaria, las presas pueden "volver a producirla" mediante generación hidráulica. En cuanto a la solar, existen plantas termoeléctricas capaces de almacenar la energía producida durante el día para dispensarlas después de la puesta de sol. Así que no es estrictamente cierto que las renovables solo puedan consumirse en el momento, aunque su uso más habitual sea ese. 

Pero sobre todo, en la afirmación con la que abríamos este apartado existe una gran falsedad. En nuestro país, el pico de generación de energía solar, por ejemplo, coincide a menudo con el pico de demanda. Ocurre en verano, cuando miles de aparatos de aire acondicionado ponen a prueba las redes eléctricas.

Estos son solo algunos de los mitos que rodean a las renovables, tal vez los más repetidos, pero hay muchos más. Hasta ahora, sin embargo, los hechos han ido tumbando todos los argumentos en contra de su implantación, uno detrás de otro. Es de esperar que, cuando la transición a un mercado energético más limpio haya concluido, nadie echará de menos las energías hoy llamadas tradicionales.