¿Por qué la aerotermia es mucho más eficiente que otros sistemas?
El COP es la prueba de que la bomba de calor es la máquina térmica más eficiente que existe
Lo hemos dicho en varias ocasiones: la aerotermia es la tecnología de climatización más eficiente y más sostenible de cuantas podemos encontrar; una que a buen seguro dominará el mercado en pocos años. Pero, ¿sabes qué es lo que la convierte en más eficiente que las demás? ¿Y sabes lo que eso puede comportar para tu bolsillo?
Ser respetuosos con el medio ambiente, consumir de forma responsable e intentar reducir nuestra huella de carbono está muy bien; es, de hecho, algo de lo que hablamos a menudo en Re_Magazine.
Ahora bien, pedir a la gente que haga un esfuerzo por apoyar la sostenibilidad a costa de un mayor coste de vida es poco realista. Estamos de acuerdo en que hace falta un nuevo modelo para prácticamente todo, desde la forma en la que nos movemos a la forma en la que nos vestimos, pero ese nuevo paradigma difícilmente tendrá éxito si también supone un prejuicio para nuestros bolsillos.
Mientras otros sectores buscan alternativas, el mundo de la climatización hace ya tiempo que ha encontrado a su caballo ganador: la aerotermia. En Re_Magazine no nos cansamos de decir que se trata de la tecnología de climatización (calefacción, aire acondicionado y agua caliente) más eficiente, sostenible y barata que existe. Pero ¿cómo de barata? ¿Y por qué lo es tanto? ¿Dónde está la trampa?
Pues bien, aquí no hay trampa, ¡hay COP!
Cuestión de COP
El COP (coeficiente de rendimiento) es la forma que tenemos de medir la eficiencia de una bomba de calor. Otros aparatos, como las calderas, tienen sus propios sistemas de cálculo de rendimiento (en el caso de las calderas, el llamado "rendimiento de generación térmica"), pero el COP nos permite comparar diversas tecnologías entre sí.
El COP relaciona la energía eléctrica que consume un aparato de calefacción para su funcionamiento con la energía térmica que aporta. Para una mejor comprensión, tanto la energía consumida como la aportada se expresan con la misma magnitud (kWh), independientemente de que hablemos de gas, gasoil, electricidad...
Así, un COP de 0,8, por ejemplo, indicará que se han obtenido 0,8 kWh de energía térmica (calefacción o agua caliente) por cada kWh de energía eléctrica que se ha consumido (que es la que nos indica la factura). Como se ve, a mayor índice, mayor eficiencia y menor coste operativo.
En principio, la Ley de Conservación de la Energía indica que el COP nunca podría ser superior a 1. Es decir, dado que no se puede crear energía de la nada, no se puede extraer más de un kilovatio-hora por cada kilovatio-hora disponible. Y eso suponiendo que tuviéramos un método de transformación perfecto que no implicara pérdidas.
Sin embargo, la bomba de calor cuenta con una particularidad que permite que, si expresamos su rendimiento mediante el COP, sí obtengamos resultados superiores a la unidad. Y no por poco, además: ¡el COP de una bomba de calor moderna es superior a 4!
¿Cómo es posible entonces que una bomba de calor obtenga más de 4 kWh por cada kWh consumido? Esto es debido a la peculiaridad de que una bomba de calor, al contrario que una caldera, no transforma la energía, sino que se limita a transportarla de un lugar a otro.
Transformar vs transportar
Comparemos el rendimiento de otros sistemas de climatización tradicionales como son las calderas de gasoil, las calderas de gas y los radiadores eléctricos, con el rendimiento de la aerotermia (bomba de calor).
Todo el mundo comprende cómo funciona una caldera de gasoil. Se toma un combustible, se produce una combustión controlada y se emplea el calor de la llama para calentar el agua que pasa por un circuito. Es decir, se transforma la energía química contenida en el combustible en energía térmica. En el proceso se pierde entre el 35% y el 5% de la energía potencial dependiendo de la eficiencia del aparato, así que tenemos un COP de entre el 0,65 y el 0,95.
Una caldera de gas hace exactamente lo mismo, solo que de manera ligeramente más eficiente, de forma que las pérdidas se reducen a entre un 10% y un 5% (o COP 0,9 / 0,95).
El radiador eléctrico, por su parte, se limita a liberar la energía directamente, con lo que alcanza el techo teórico de efectividad, un 100% (o COP 1). Pero esta ventaja aparente queda ensombrecida cuando caemos en la cuenta de que su funcionamiento implica que el 100% del calor obtenido depende del precio siempre alto y enormemente variable de la electricidad.
Lo que hace la bomba de calor, en cambio, es tomar la energía térmica del aire y conducirla allá donde se necesita. No transforma energía ni se limita a liberar la que toma de la red, sino que utiliza la electricidad para transportar de un lado a otro la energía térmica del aire, que es limpia, gratuita e inagotable. Y dado que los componentes que hacen posible esa operación requieren muy poca electricidad para funcionar, el resultado es que una bomba de calor es capaz de aportar mucha más energía de la que consume para su funcionamiento; hasta cuatro veces más, es decir, una efectividad superior al 400% (o COP 4). Es por eso por lo que por cada kWh que pagamos obtenemos más de cuatro, tres de ellos gratis, lo cual se traduce en un ahorro anual que puede alcanzar hasta el 65% respecto a sistemas tradicionales.
Eso sí, a diferencia de otras tecnologías dado que el aire del que toma la energía la bomba de calor no se encuentra siempre a la misma temperatura, el COP no es constante, sino que varía. Será mayor cuanto menor sea la diferencia entre la temperatura del aire exterior y la que deseemos obtener en el interior. Pero, y esto es lo bueno: a) el aire exterior siempre contiene energía (y mucha, muchísima) y b) el COP siempre será mayor que 1. Es decir, que incluso en su peor día, una bomba de calor será mejor que el segundo sistema con mayor COP.
Queda claro, pues, que la aerotermia es el sistema de climatización más eficiente de todos y, por lo tanto, el que tiene un coste operativo menor. No debería hacer falta decir mucho más, pero se puede: es además, una energía no contaminante, renovable, silenciosa y de mantenimiento muy sencillo. Así que, ¿quieres saber cuánto puedes llegar a ahorrarte con una bomba de calor? ¡Puedes calcularlo utilizando nuestra calculadora!