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Una vivienda unifamiliar biopasiva en Montecanal, Zaragoza
Una vivienda unifamiliar biopasiva en Montecanal, Zaragoza

Una vivienda unifamiliar biopasiva en Montecanal, Zaragoza

Proyectos de Re_ferencia

La aerotermia como pieza fundamental para lograr el mayor confort y el menor impacto.

Autor: Redacción Re_Magazine - Tiempo de lectura: 5 min.

Hace algún tiempo ya hablamos en Re_Magazine de la construcción biopasiva, un concepto que suma a los requerimientos de eficiencia energética del estándar Passivhaus la preocupación por el bienestar y la salud de los ocupantes de la vivienda. Se trata de buscar el máximo confort para el usuario y el mínimo impacto para el entorno, algo que por cierto no compromete en absoluto la estética. Este edificio recientemente construido en Zaragoza es buena muestra de ello.

Han participado en este proyecto

El edificio del que hablamos ha sido proyectado por la arquitecta Laura Gonzalo Calderón, que ha contado con la colaboración de la empresa Gestión Aragonesa de Proyectos Técnicos SL. Se trata de una vivienda unifamiliar situada en el barrio de Montecanal, al sur de Zaragoza. En esta zona residencial relativamente nueva de la capital aragonesa (nació a mediados de los 90), las edificaciones sostenibles no son un elemento extraño. De hecho se podría decir que no lo son en Zaragoza, pues allí el año pasado el 30% de los edificios de nueva construcción se erigieron bajo parámetros sostenibles. 

Nuestro edificio cuenta con dos alturas, cuatro habitaciones y dos baños, además de una terraza con pérgola y un pequeño terreno. El nivel de aislamiento de la vivienda es altísimo, como dicta el estándar Passivhaus, y los materiales empleados en él son todos naturales, como corresponde a la construcción biopasiva. La madera con la que está construida la casa, por ejemplo, proviene de bosques certificados como sostenibles. Y es que sí, se trata de un edificio de madera, aunque su aspecto dista mucho de la clásica imagen de este tipo de contrucción que tenemos en la cabeza. En realidad es una vivienda de aspecto muy moderno, de formas rectas e inmaculadas fachadas lisas.

En cuanto a la climatización, el auténtico reto de una casa biopasiva, se ha empleado un sistema basado en la aerotermia. Y es que esta tecnología (junto con la geotermia y la hidrotermia) es prácticamente la única capaz de ofrecer el nivel de eficiencia que exigen las normas Passivhaus. En este caso una bomba de calor Genia Air 5 de Saunier Duval alimenta un suelo radiante refrescante que se extiende por toda la superficie útil de la vivienda proporcionando calor o frío a demanda de los usuarios. La bomba de calor también se utiliza en la producción de agua caliente, en este caso mediante un interacumulador de ACS FEW 200 de Saunier Duval.

pergola

Además la casa cuenta con un sistema de ventilación con recuperación de calor. Estas instalaciones también son indispensables en una casa Passivhaus, ya que la renovación del aire en un edificio que no cuente con ellos deviene inevitablemente en un intercambio de calor entre el interior y el exterior y por lo tanto en una pérdida de energía. Para solucionarlo se instalan estos sistemas de ventilación. Su funcionamiento es muy sencillo. El equipo pone en contacto el aire interior que se extrae con el del exterior que se introduce, a través de un intercambiador que evita que se mezclen ambos. La temperatura y la humedad del aire interior se aprovechan para calentar el flujo de aire entrante que, además, se hace pasar por unos filtros que se encargan de recoger cualquier partícula nociva. De esta manera, el aire interior de la vivienda es renovado constantemente sin que se pierda energía en calentarlo.

bomba de calor en la azotea
centralita

El resultado de todo esto (y de algunos otros aspectos de los que no hemos hablado, como el estudio previo de geopatías del terreno), es una vivienda que aporta un nivel de confort muy superior al habitual y un gasto energético asombrosamente bajo. Una forma de entender, diseñar y construir que, como ya hemos dicho en alguna ocasión, traza el camino que los códigos técnicos de edificación tendrán que seguir tarde o temprano.