Cinco ideas para una Navidad más sostenible

Hace algunos años hubo una gran campaña para que dejáramos de utilizar árboles de Navidad naturales. Curiosamente, teniendo en cuenta que la alternativa que se nos ofrecía eran los árboles de plástico, se esgrimió la ecología como argumento para el cambio. Hoy, en cambio, sabemos que el plástico está muy lejos de ser una alternativa ecológica, por mucho que, y esto es cierto, los árboles de Navidad artificiales se reutilicen muchos años.

Así pues, nosotros te animamos a volver al árbol natural, que cuenta con varias ventajas. Los árboles naturales, por ejemplo, se crían durante unos tres años de media antes de su venta, tiempo durante el cual capturan CO2 del aire y contribuyen a limpiar la atmósfera. Pero además, si lo cuidamos bien y lo compramos con cepellón (nunca debemos comprarlos talados), podemos replantarlos después de las fiestas y dejar que sigan haciendo su función limpiadora durante muchos años. Eso sí, antes de replantarlo debemos informarnos bien de dónde podemos hacerlo. Algunos ayuntamientos los recogen y los replantan creando zonas verdes nuevas cada año.

Los niños no tardan en tener sus gustos muy claros y pedir a los Reyes Magos o a Papa Noel productos concretos. Pero cuando son muy pequeños casi cualquier cosa les hace ilusión (a menudo la caja es lo que más les gusta). Por eso con los más pequeños podemos evitar el plástico regalándoles juguetes de madera, de esos que todos hemos tenido alguna vez. Son más ecológicos, más bonitos y casi siempre más seguros, debido a que suelen carecer de piezas móviles.

Una buena costumbre que podemos inculcarles a nuestros hijos es la de que ellos deben dar uno de sus juguetes viejos a otros niños, antes de recibir los nuevos. Es una forma estupenda de deshacerse de esos juguetes que ya no van a utilizar a medida que crecen, y además es una manera de inculcarles la importancia de compartir; al fin y al cabo, es Navidad. Hay bancos de recogida de juguetes para niños de familias sin recursos en prácticamente cada ciudad. Utilízalos, es una pena ver todos los años juguetes intactos en la basura, por mucho que estén pasados de moda.

El papel de regalo es uno de los productos que tiene una vida útil más corta. Más corta incluso que la de una bolsa de supermercado, que es de 15 minutos, como ya dijimos en este otro artículo. Por eso cada vez más gente se anima con envoltorios alternativos como pueden ser telas, que son reutilizables, o incluso páginas de periódicos y revistas que iban a acabar en el reciclaje de todas formas. Los defensores de estas alternativas defienden que el truco para que queden bonitos está en los lazos y los broches, no en el papel en sí. De lo que no queda duda es de que son una alternativa más ecológica.

Una buena práctica que podemos llevar a cabo durante todo el año y no solamente en Navidad. Comprar en pequeños comercios y, sobre todo, comprar producto local es una manera más sostenible de consumir. Cuanto menos se tenga que desplazar un producto desde su punto de producción hasta su punto de venta y consumo, menos energía se necesita. Y si además hablamos de productos alimenticios, tanto más fresco llega.